El proyecto se desarrolla en el albergue no oficial Nueva Jerusalén, ubicado en San José de Chamanga-Esmeraldas. Es una de las zonas afectadas por el terremoto. El área donde se implementa el proyecto corresponde a un terreno comunitario, anteriormente donado al barrio. El espacio albergaba a 30 familias con un total de 170 personas. El albergue se encontraba muy bien organizado con una necesidad puntal que era tener un espacio comunal que acoja varias actividades colectivas.
El proyecto consiste en desarrollar un centro comunitario para Chamanga mediante procesos de diseño y construcción participativa. Se desarrollaron talleres comunitarios para entender y priorizar necesidades de las personas; estas actividades sirvieron como base del diseño. También nos permitió un entendimiento de los recursos locales y mano de obra existente en el albergue.
Esta primera etapa fue vital para que la comunidad practique los aprendizajes y complete su espacio comunitario en etapas posteriores. La idea desde un inicio fue apoyar procesos de organización comunitaria en actividades que bien implementadas (reconstrucción, mingas, talleres), pueden dinamizar la economía interna de la población, aprovechando de mejor manera las ayudas, gubernamental y privadas, que puedan recibir.
A partir de los talleres, se plantea el diseño completo de un centro comunitario (aprox. 180 m2) utilizando caña y madera, principalmente. El mismo servirá como espacio de desarrollo comunitario.
El proyecto abarca:
– área cubierta para eventos comunitarios
– cocina y comedor comunitario en funcionamiento
– letrinas e infraestructura sanitaria en funcionamiento
– área de juegos infantiles
El proyecto se plantea como una gran cubierta que permita desarrollar las actividades previstas por la comunidad.
Las intenciones básicas fueron revalorizar los materiales locales, los sistemas constructivos seguros y empoderar a la gente por medio del trabajo colectivo en la construcción.
Para esto, se planteó una estructura en caña guadúa ensamblada por medio de juntas simples y uniones con tuercas y varilla roscada. Esto permitió que no se necesite mano de obra especializada en cortes ni uniones complejas en caña.
La configuración estructural estaba dada por dos planos de caña cruzados que se estructuraron para soportar la cubierta. El primer plano hacia la fachada frontal con una altura de 4,80m por 20m de largo y el segundo panel, correspondiente a la fachada posterior, con una altura de 3,20m por 18m de largo.
Gran porcentaje de la caña fue donada por fincas aledañas a la construcción. El proceso de cosecha y curado fue realizado por la comunidad; esta etapa fue una de las más largas y complejas, debido a que los bosques de caña brava son de difícil acceso y pueden tornarse peligrosos sino se tiene una guía clara para el corte.
En la cimentación se usó un sistema, empleado antes por el equipo de Actuemos Ecuador: una base de llantas recicladas y hormigón. El sistema fue de fácil implementación, abarató costos y dio un nuevo uso a los neumáticos. Este sistema fue comprobado y verificado por ingenieros voluntarios que colaboraron con los proyectos.
En la estructura de piso se usó troncos de teca, los mismos que se encuentran fácilmente en la zona, donados por los mismos pobladores. La base es de 15m de largo por 7m de ancho. En el piso se usó caña picada, que amarra vigas secundarias de caña que se asientan sobre las vigas principales de teca. En el techo se usaron vigas principales de caña, donde se asentó una capa de caña picada como colchón térmico y una exterior de láminas de zinc.
Para los muebles de cocina, bodegas y almacenamiento se usaron paneles de duela y muebles reciclados de otras construcciones. Los juegos infantiles surgen de los dibujos y talleres con los niños. Se construyó una estructura de caña y pingos entrelazados, que generaron un elemento que permite a los niños treparse, colgarse o resbalarse.