El proyecto se desarrolla en el barrio de Guápulo en Quito, es un antiguo asentamiento indígena que pasó de ser un pueblo de los márgenes de la ciudad, a convertirse en barrio urbano y donde hoy existe una población heterogénea.
La mayoría de viviendas son autoconstruidas y albergaban a familias extensas. Con el pasar del tiempo estas viviendas se fueron convirtiendo en casas renteras principalmente para artistas, migrantes, turistas y estudiantes.
La propuesta fue rehabilitar la casa rentera procedente de una autoconstrucción familiar durante 40 años, la misma que contemplaba 9 espacios de vivienda, 3 espacios comerciales y 3 baños que eran compartidos por la comunidad flotante que los habitaba. La preexistencia era precaria y debía ser sometida a un estudio y reforma estructural. Debido a esto la propiedad se encontraba parcialmente abandonada.
La intención de la rehabilitación fue minimizar la inversión requerida para recuperar los espacios y volverlos seguros y de mayor calidad espacial para la reinserción de nuevos usos y habitantes.
La preexistencia fue construida por etapas y cada una con diferente material y sistema constructivos es así que tenemos adobe, tapial, losas de hormigón, entrepisos de madera, bloque, ladrillo zinc, teja, etc. La respuesta a esta variedad de materiales fue respetar y trabajar detalles para cada uno de los espacios
Tomamos la casa rentera como un caso de estudio para ir descubriendo, quitando capas y anexando elementos utilitarios. Queríamos probar que elementos autoconstruidos, actualmente abandonados y precarios pueden ser reformados y re habitados con bajo presupuesto abriendo el abanico de opciones para otras viviendas del sector en alto deterioro. La casa rentera fue entendida desde la vecindad y el uso mixto donde diversas actividades se pueden desarrollar a lo largo de la pendiente y las terrazas del proyecto. Se propende a que las inversiones de rehabilitación sean mayormente en los interiores de los espacios habitables y los exteriores sean el resultado de la apropiación de los vecinos quienes mejorarán paulatinamente su acceso o terraza contigua.
Con esta directriz se han rehabilitado y reformado 650 m2 con un costo de inversión de 35 mil dólares.
1 departamentos dúplex de 135m2
1 departamento dúplex de 63m2
1 departamento dúplex de 60 m2
1 departamento dúplex de 120 m2
2 terrazas 160 m2
1 espacios comercial de 40 m2
2 espacios de taller de 36 m2
1 espacio de oficina de 44 m2
1 espacio de bodega comunal 60 m2
Estrategias de Rehabilitación
La estructura existente es mixta, no responde a ejes estructurales, esta se fue desarrollando según la etapa de construcción en la que se encontraba la familia durante 40 años de autoconstrucción.
La rehabilitación estructural se enfoca en alivianar la construcción, quitando todo aquello que sume peso a la estructura, una depuración espacial, de superficie componentes y revestimientos. Posteriormente se anexan piezas nuevas de metal a manera de pórticos que reforzar las fachadas y amarran el entrepiso para formar un solo cuerpo estructural
La mayoría de superficies tenían humedad, que al no dejar respirar los muros de tapial portantes que se encuentran cercanos a la loma generaban cámaras de agua. Por esta razón se eliminaron los revestimientos y se ventilaron los muros.
Se usó la misma tierra del lugar como pigmento y materia prima para la fabricación de pintura de tierra que permitió cubrir las superficies y unificar materiales.
Toda la madera existente se recuperó, por medio de un proceso de tratamiento a base de aceites y pesticidas naturales, las piezas con aberturas fueron amarradas y reforzadas. Los pisos fueron reconfigurados, pulidos y reutilizados.
La única pieza añadida fue un espacio pensado desde lo modular y la posibilidad de desmontarlo si se requiere, las piezas son estandarizadas y ensambladas por medio de tornillería. Este módulo genera un marco que une el jardín posterior pegado a la loma y la vista al valle de Tumbaco.