Acoplarse a la temática de la Bienal Panamericana de Arquitectura, la bienal básica.
El desarrollo de la propuesta se enmarca bajo tres parámetros: simplicidad, practicidad y bajo costo.
Se propuso una estructura ligera, reciclable, reutilizable; de fácil montaje y desmontaje.
El escenario se armó en 32 horas con la ayuda de 40 estudiantes de la Universidad SEK de Quito. Se reutilizaron 1100 cajas que, posteriormente, siguieron su proceso de reciclaje o vida útil.
La propuesta logró cubrir 270 m2 con un índice de desperdicio del 1% correspondiente al alambre galvanizado, que fue lo único que no se pudo rescatar después de la instalación.
El costo total fue de 1600 dólares, que incluía comida y bebida para los estudiantes que participaron en el proceso.